El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es esencial durante el embarazo. Tomarlo correctamente ayuda a que tanto la mamá como el bebé estén sanos. Aquí te explicamos por qué es tan importante y cómo incluirlo en tu rutina.
¿Por qué es clave el ácido fólico?
El ácido fólico ayuda a prevenir defectos en el tubo neural del bebé, como la espina bífida, que afecta el cerebro y la médula espinal. Estos defectos se forman en las primeras semanas de embarazo, a menudo antes de que sepas que estás embarazada. Por eso, es vital empezar a tomarlo incluso antes de concebir.
¿Cuándo y cuánto tomar?
Los médicos recomiendan tomar 400 microgramos de ácido fólico al día desde al menos un mes antes de quedar embarazada y durante los primeros tres meses de gestación. Si tienes antecedentes de problemas en el embarazo, tu doctor podría sugerir una dosis mayor. Siempre consulta con un especialista.
Fuentes de ácido fólico
Puedes obtener ácido fólico de alimentos como espinacas, brócoli, lentejas, aguacate y cereales fortificados. También está en frutas como la naranja. Sin embargo, la dieta sola no siempre cubre la cantidad necesaria, por lo que muchas mujeres toman suplementos. Estos son fáciles de encontrar en farmacias y deben tomarse con agua, preferiblemente con el estómago lleno.
Otros beneficios
Además de proteger al bebé, el ácido fólico ayuda a la mamá a producir glóbulos rojos y prevenir la anemia, lo que da más energía durante el embarazo.
Un hábito sencillo
Tomar ácido fólico es una forma fácil y efectiva de cuidar la salud de tu bebé desde el inicio. Combina una buena alimentación con el suplemento recomendado y sigue las indicaciones de tu médico. ¡Es un pequeño paso con grandes resultados!
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