Cómo prevenir y tratar el sarampión

El sarampión es una enfermedad que mucha gente piensa que ya no existe, pero sigue siendo un riesgo, especialmente para los niños pequeños o quienes no están protegidos. Es causada por un virus que se pasa fácilmente de persona a persona, y aunque puede parecer un simple resfriado al principio, a veces se complica. Por suerte, hay formas claras de prevenirlo y manejarlo si aparece. Aquí te explico todo de manera sencilla.

Cómo prevenir el sarampión

La mejor manera de evitar el sarampión es vacunarse. La vacuna, conocida como triple viral o MMR (porque también protege contra paperas y rubéola), es segura y muy efectiva. Se pone en dos dosis: la primera entre los 11 y 12 meses de edad, y la segunda entre los 4 y 6 años. Si no te vacunaste de niño, nunca es tarde; los adultos también pueden recibirla. Esta vacuna no solo te protege a ti, sino que ayuda a que el virus no se extienda a otros, como bebés muy pequeños o personas con defensas bajas.

Otra forma de prevenirlo es evitar el contacto con el virus. El sarampión se contagia por el aire, cuando alguien enfermo tose o estornuda, o por tocar algo contaminado y luego llevarte la mano a la cara. Si hay un brote cerca, quédate lejos de lugares muy concurridos, lávate las manos seguido con agua y jabón, y no compartas cubiertos o vasos. Esto es clave sobre todo si no estás vacunado o no estás seguro de estarlo.

La prevención también incluye estar atento. Si viajas a un lugar donde el sarampión es común o escuchas de casos cerca, revisa tu estado de vacunación. Los niños pequeños que aún no pueden recibir la vacuna dependen de que los demás estemos protegidos para no enfermarse.

Cómo tratar el sarampión

Si alguien ya tiene sarampión, no hay un medicamento que mate el virus directamente, pero sí se puede tratar para que no sea tan duro. Lo primero que notas es fiebre alta, tos, ojos rojos y llorosos, y luego aparece un sarpullido que empieza en la cara y se extiende. Si esto pasa, lo mejor es ir al médico rápido para confirmar que es sarampión y descartar otras cosas.

El tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas. Descansa mucho para que el cuerpo luche contra el virus. La fiebre se puede bajar con paracetamol o ibuprofeno (siguiendo las indicaciones del doctor), y es importante tomar mucho líquido, como agua o caldos, para no deshidratarte. Si los ojos están irritados, límpialos con agua tibia y evita la luz fuerte, que puede molestar.

El médico también vigilará si hay complicaciones, como infecciones en los oídos, neumonía o problemas más serios, que son más comunes en niños pequeños o adultos. En algunos casos, si el sarampión se detecta justo después de estar cerca de alguien enfermo (en las primeras 72 horas), una dosis de la vacuna o un medicamento especial puede evitar que se desarrolle.

Mientras estás enfermo, quédate en casa. El sarampión es muy contagioso desde unos días antes de que salga el sarpullido hasta unos días después. Así evitas pasarlo a otros. Usa pañuelos al toser y lávate las manos para no esparcir el virus.

Por qué importa actuar

Prevenir y tratar el sarampión es clave porque, aunque muchos se recuperan en una o dos semanas, puede ser grave, sobre todo en quienes no tienen defensas fuertes. La vacuna es el escudo más fácil y barato, pero si el virus ya está ahí, el descanso y la atención médica hacen la diferencia. Con un poco de cuidado y responsabilidad, podemos mantener esta enfermedad bajo control y proteger a todos, especialmente a los más vulnerables.

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