Los ácaros son bichitos tan pequeños que no los ves, pero están en casi todas las casas. Viven en el polvo, las alfombras, los muebles, las cortinas y, sobre todo, en la cama. Aunque no muerden ni pican como los mosquitos, sus restos y desechos pueden causar alergias, estornudos, picazón en la piel o problemas para respirar, especialmente si tienes asma. Por suerte, con algunos trucos sencillos puedes reducirlos y mantener tu casa más limpia y sana. Aquí te explico cómo hacerlo.
Limpieza constante
El primer paso para eliminar ácaros es quitar el polvo donde se esconden. Usa un trapo húmedo para limpiar mesas, estantes y marcos, porque el agua atrapa el polvo mejor que un plumero, que solo lo esparce. Aspira alfombras, sofás y cortinas al menos una vez por semana con una aspiradora que tenga filtro HEPA si puedes; este filtro atrapa las partículas pequeñas donde están los ácaros. No sacudas las cosas, porque eso los manda al aire y los respiras.

Cuidar la cama
La cama es el lugar favorito de los ácaros, porque comen piel muerta que dejamos al dormir, y les encanta la humedad del sudor. Para atacarlos ahí, lava la ropa de cama (sábanas, fundas, cobijas) cada semana con agua caliente, a unos 60 °C si es posible, porque eso los mata. Seca todo en la secadora o al sol, ya que el calor y la luz también ayudan. Si no puedes lavar algo grande, como el colchón, aspíralo bien y ponle una funda antiácaros, que es como una barrera que no los deja pasar.
Controlar la humedad
A los ácaros les gusta la humedad, así que mantener tu casa seca es clave. Usa un deshumidificador si vives en un lugar húmedo, o ventila abriendo ventanas todos los días para que circule el aire. Trata de que la humedad esté por debajo del 50%; puedes medirla con un aparatito barato llamado higrómetro. Evita tender ropa mojada dentro de casa, porque eso sube la humedad y les da a los ácaros un ambiente perfecto.
Reducir escondites
Menos cosas que acumulen polvo, menos ácaros. Si puedes, usa muebles lisos en vez de tapizados, y cambia alfombras gruesas por pisos de madera o baldosas, que son más fáciles de limpiar. Guarda libros, adornos o ropa en cajones o cajas cerradas. Las cortinas pesadas también juntan ácaros; prueba con persianas o telas ligeras que puedas lavar seguido.

Usar trucos extras
Hay algunos aliados que puedes sumar. El bicarbonato de sodio es bueno para los colchones o alfombras: espárcelo, déjalo unas horas y luego aspira. Mata ácaros y quita humedad. También puedes usar un limpiador a vapor en superficies como el sofá o las cortinas, porque el calor los elimina sin químicos. Si tienes alergias fuertes, un purificador de aire con filtro HEPA puede atrapar lo que queda flotando.
Cuidado con las mascotas
Si tienes perros o gatos, cepíllalos seguido y lava sus camas, porque el pelo y la caspa que sueltan son un festín para los ácaros. No los dejes dormir en tu cama si puedes evitarlo, para no sumar más piel muerta al problema.
Por qué importa
Eliminar los ácaros no solo hace tu casa más limpia, sino que te ayuda a respirar mejor y a evitar alergias. No los vas a sacar todos, porque siempre habrá algunos, pero con estos pasos los controlas. Hazlo poco a poco: empieza por la cama y la limpieza, y verás cómo notas la diferencia. Una casa con menos ácaros es un lugar más cómodo y sano para ti y tu familia.
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